¿Sabías que la práctica de yoga en la 3a. y 4a. edad actúa positivamente ya sea como prevención o mantenimiento de tu bienestar tanto físico como mental? ¿Cómo te preparas?

¿Sabías que la practica de yoga en la 3ra. Y 4ta. edad actúa positivamente ya sea como prevención o como mantenimiento?

El yoga consigue que tanto cuerpo y mente se armonicen, a veces el alivio del estrés es la principal motivación.

 Un mat ouna silla, permite que el cuerpo y la mente recuperen su equilibrio. Buscamos para combatir estrés, mantener el cuerpo flexible, o aliviar un dolor, recuperar fuerzas, equilibrio, otras personas solo buscan eliminar el estrés.

Los beneficios del yoga se perciben principalmente en una serie de cambios mecánicos en las articulaciones y músculos, un incremento en la circulación sanguínea, ciertos cambios de temperatura y un mejor control del sistema nervioso a través de la regulación de la respiración.  

A principios del siglo XX en relación a la tercera edad se vió que el envejecimiento de la población es un proceso dominante en el mundo, Europa se convierte en el continente más envejecido del mundo. Además, el incremento en la esperanza de vida viene acompañado del cambio en las causas de mortalidad, de forma que las enfermedades infecciosas han sido sustituidas por problemas crónicos relacionados con el envejecimiento. Las políticas para personas mayores son aún son deficientes, en contraste con el rápido envejecimiento de la población y se espera que se acelere aún más, en los próximos cincuenta años.

Este cambio demográfico lleva a cambiar el paradigma del envejecimiento. No es sostenible continuar considerándolo como una etapa de deterioro físico y mental inevitable. Hay que hacer énfasis en la prevención y la promoción de la salud en las personas mayores. Delante de una concepción todavía muy arraigada según la cual envejecer implica pasividad y dependencia, los paradigmas de envejecimiento activo y saludable ponen el acento en la autonomía, los derechos sociales y la vinculación relacional de este colectivo. Se trata pues de que las personas mayoras puedan elegir una vida más saludable e independiente, mejorando la calidad de vida.

Muchas veces el sedentarismo, la mala alimentación, el descontrol en adicciones, el estrés, es decir el maltrato al cuerpo en todos sus aspectos físicos y psicológicos durante toda una vida, son la causa de las futuras dolencias, como enfermedades circulatorias, reumatismo, colesterol, problemas de presión arterial, reducción de la capacidad respiratoria, molestias o lesiones en la columna o en los huesos, como artritis o artrosis, perdida o dificultades en la visión y/o audición, entre otras. La escasa movilidad y el abuso de medicamentos son también algunos de los principales problemas que encontramos en personas de la tercera edad.

La práctica de yoga puede aportar grandes beneficios. Se puede llegar tranquilamente a una edad avanzada lúcida y en excelente estado de salud, nunca es tarde para reaccionar.

El envejecimiento saludable se define como el proceso de optimizar las oportunidades de salud física, mental y social que permitan a las personas mayores participar activamente en la sociedad sin padecer discriminación y disfrutar de una calidad de vida buena e independiente. Está documentado el efecto positivo que la participación y el soporte social tiene sobre el bienestar. Les personas que se implican activamente en la vida y que tienen relaciones sociales son más felices, tienen mejor estado de salud mental y físico y más capacidad para afrontar los cambios y las transiciones vitales.

La tercera edad, es una etapa más de la vida, para la que debemos prepararnos con objeto de vivirla de la mejor manera posible Nacemos, crecemos, maduramos, envejecemos. Hay que aceptar todo el proceso y adaptarse física y psicológicamente a cada una de sus etapas.

El organismo llega a una fase de involución y se inicia un envejecimiento. Exteriormente se manifiestan algunos rasgos de envejecimiento como: cabellos blancos, arrugas, flacidez… También los órganos internos empiezan a dar señales de envejecimiento, como dolores musculares o articulares, problemas respiratorios, circulatorios o digestivos. Socialmente, se considera a las personas mayores a partir de los 60-65 años, edad de jubilación, aunque puede resultar variable según el contexto y situación social y económica.

 A pesar de que cada tejido, cada organismo, cada aparato envejece por cuenta propia y con velocidad y ritmos distintos a otros, no se puede hablar de un punto o un instante en la vida del ser humano en que la evolución se vuelva involución.  El programa en nuestros genes de desarrolla de manera distinta según los individuos.

La persona mayor debe tomar una actitud positiva en la vida y la primera de estas actitudes básicas es aprender a ser uno mismo, aprendiendo a saber vivir consigo mismo, a conocerse tal y como uno es, con sus dimensiones reales, espaciales, temporales, corporales y espirituales.

La tercera/cuarta y hasta quinta edad es el momento más alto de madurez. Las personas mayores tienen en su poder un tesoro de sabiduría y experiencia. Son muchos los años que permiten prepararse para la vejez, con la posibilidad de vivir una ancianidad sana y equilibrada. Para vivir una vejez sana, hay que enriquecer las vivencias e intentar ser felices siempre, buscar soluciones y encontrar alternativas para cada situación. Hay que procurar seguir evolucionando siempre, tanto física como intelectualmente, sin dejarse llevar por la comodidad y la rutina, fortaleciéndose, enriqueciéndose en todo momento y a cualquier edad.

La práctica de yoga es una actividad que llega a lo físico, a lo psíquico y a lo emocional. A lo largo de la vida, no se haya dedicado tiempo al cuidado y conocimiento del cuerpo que ha estado abandonado y olvidado, y sólo cuando comienza a fallar, a dar signos externos de envejecimiento o dolores, nos damos cuenta de que tenemos un cuerpo al que hay que atender y cuidar. Nuestros movimientos se han visto limitados a los necesarios para la realización del quehacer diario, para las tareas cotidianas de nuestras vidas. Muy pocas son las horas que se han dedicado a conocer el propio cuerpo, a sentirlo, escucharlo y valorarlo. Hay que dar al organismo lo que necesita para mantenerse sano: comida equilibrada, actividad física adecuada, y el descanso necesario, evitando, en lo posible, la ingesta de medicamentos o similares.

En cada persona, este proceso de envejecimiento es diferente. Alunas personas siguen super en condiciones físicas, pero pierde facultades mentales como la memoria. Estas alteraciones se van acentuando con el paso del tiempo. También puede ocurrir que una persona se conserve en óptimas condiciones psíquicas y que, pueda tener problemas de tipo físico, como artrosis, problemas cardiocirculatorios, respiratorios… Ahora bien, frente a todas estas posibles alteraciones que pueden sufrir las personas mayores, la actividad física actúa positivamente, ya sea como prevención o bien como mantenimiento.  

El Yoga en la tercera edad, junto con la Meditación, la Respiración y la Relajación, pueden ayudar a las personas mayores a mejorar su calidad de vida.

El yoga es para todos: sanos, enfermos, discapacitados, gente mayor, niños… todo el mundo lo puede practicar, porque el yoga se adapta a las necesidades de cada persona, tengamos o no un buen estado físico.

¿Entonces qué esperas para mover tu cuerpo, tus sensaciones y pensamientos?

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