¿Sabías que la Osteoporosis es conocida como el enemigo silencioso?

Osteoporosis, que significa «hueso poroso», se caracteriza por la disminución de la formación de nuevas células de la matriz del hueso y por el aumento de la reabsorción de su calcio, que pasa a otras zonas del organismo. Esto es lo que provoca que la densidad del hueso disminuya.

Muchos consideran que es una tendencia de aquellas personas que comen mal, que son sedentarias o tienen una movilidad reducida y no están al sol.

Y aparece del golpe, en las personas ancianas de forma natural, sin avisar, en el caso de mi mamá ella me dijo que sintió mucho dolor y que sus vértebras literalmente se había hecho polvo. Obviamente ahí vino también su achicamiento, bajo como 10 cm de golpe, para mí y obvio para ella fue un duro golpe. Pero tal vez unos años atrás nadie era tan consciente de este enemigo silencioso llamado Osteoporosis.

Uno podría plantearse si se trata de una enfermedad o más bien de un proceso de desgaste natural. Bueno en lo personal siento que es una enfermedad la cual se agrava por sedentarismo, mala alimentación y sol, y creo que si uno comienza desde joven con el tema de la prevención puede revertirse, todos tenemos la capacidad de recuperarnos, y también se que cada 10 años tenemos huesos nuevos, pero claro si no hacemos nada y esperamos una píldora mágina, nada va a suceder.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 30% de las mujeres y el 8,3% de los hombres mayores de 50 años tienen osteoporosis, y se calcula que a partir de esta edad una de cada tres mujeres y uno de cada doce varones experimentarán fracturas osteporóticas.

La medicina integral para la prevención y el tratamiento de la osteoporosis hace énfasis en el ejercicio, la correcta absorción del calcio y otros minerales, la nutrición y el estilo de vida.

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CAUSAS QUE FAVORECEN LA OSTEOPOROSIS

1. GENÉTICA Y HERENCIA

La osteoporosis es más frecuente en personas que tienen antecedentes familiares. Un estilo de vida y una alimentación saludables son importantes para evitar su aparición en edades tempranas.

2. EDAD Y RAZA

Una vez alcanzada la osificación máxima (20-25 años) la masa ósea empieza a disminuir. Cuando llega la madurez y a partir de los 50 años, los huesos se vuelven más finos. Algunos estudios demuestran que las mujeres caucásicas de piel clara, rubias y las asiáticas tienen más posibilidades de contraer osteoporosis que las de color, con mayor densidad ósea.

3. PESO, ESTATURA Y ESTRUCTURA DEL HUESO

En general, las mujeres de baja estaturadelgadas poco musculosas son más propensas a la osteoporosis porque fabrican menos estrógenos que las más gruesas y fuertes. Los hombres de baja estatura son también más susceptibles de padecerla.

4. LA CAFEÍNA

La cafeína ejerce un efecto diurético e incrementa la excreción de calcio por vía urinaria. Este efecto de la cafeína puede ser ligero si no se consumen más de 400 mg al día y si la dieta aporta suficiente calcio (unos 800 mg/día). Una taza de café aporta unos 150 mg de cafeína.

El alcohol en dosis excesivas es negativo y el tabaco entorpece la absorción digestiva del calcio.

5. POCO POTASIO Y EXCESO DE SAL

El desequilibrio en el aporte de sodio y potasio de la dieta occidental es elevado y puede llegar a incrementar hasta un 30% la excreción urinaria de calcio. La alimentación de nuestros ancestros era rica en potasio y muy baja en sodio.

La dieta moderna, al contrario, es rica en sodio y baja en potasio. Se recomienda una ingesta de potasio: sodio de 5:1. una dieta rica en vegetales y frutas y pobre en alimentos procesados y proteína animal tiene una proporción entre 5:1 y 100:1.

CUIDAR LOS HUESOS EN LA MENOPAUSIA

Durante la menopausia bajan los niveles de estrógenos y los huesos se vuelven ligeros y quebradizos.

PRUEBAS MÉDICAS

La prevención es la herramienta más eficaz para luchar contra la osteoporosis. La densitometría es una técnica diagnóstica indolora que permite medir la cantidad mineral del hueso. Es aconsejable realizarla cada dos años para controlar la salud ósea.

EJERCICIO FÍSICO, EL MEJOR ALIADO

Estudios científicos demuestran que el tejido óseo se adapta a las cargas que se le aplican: modifican su masa y su distribución, ya que para aguantar la presión el hueso refuerza su estructura calcificándose más. Cuando se incrementa la carga habitual aumenta el tejido óseo; cuando disminuye, se presenta osteoporosis.

Algunos ensayos, en los que se han utilizado ejercicios combinados de resistencia y tolerancia, han demostrado aumentos significativos en la masa ósea. Por esta razón el ejercicio físico es uno de los factores que mayores beneficios proporciona al sistema esquelético, ya que regula el metabolismo del calcio, ayuda a mantener la densidad ósea y el tono muscular y disminuye las lesiones por caídas domésticas.

Las personas que ejercitan su cuerpo regularmente, sin necesidad de fatigosos programas de entrenamiento, aunque solo sea con gestos articulares como el taichí o la RPG, Yoga, contribuyen a la preservación del hueso y a la disminución de fracturas.

Un programa de ejercicios para la osteoporosis ha de incluir actividades de resistencia (caminar, natación, tenis…), de equilibrio (taichí o yoga) y de estiramientos y flexibilidad (baile de salón, bandas elásticas…).

CALCIO Y MAGNESIO, CUESTIÓN DE EQUILIBRIO

El calcio es el mineral más abundante del cuerpo humano. En un adulto de peso medio puede llegar a alcanzar el kilo de peso. Prácticamente está depositado en huesos y dientes. Cuando disminuye la concentración del calcio en sangre, porque se ingiere poco en la dieta o se elimina en exceso por la orina, el metabolismo, para poder seguir trabajando con normalidad, se dirige al gran almacén que es el sistema esquelético (huesos) donde se guardan el 99% de las reservas inactivas de calcio.

Si esta situación se mantiene durante tiempo y el calcio no se administra bien, se tiende a desarrollar osteoporosis. Una dieta osteosaludable debería incluir alrededor tanto magnesio como calcio. Para asimilar y fijar el calcio en los huesos es imprescindible el papel del magnesio –que se encuentra principalmente en alimentos vegetales–.

Sin la presencia de este mineral, el cuerpo no puede absorberlo ni producir calcitonina, la hormona que lo transporta de la sangre a los huesos. El magnesio también mejora la absorción de vitamina D, esencial para regular la absorción de calcio y fósforo y la mineralización ósea. Se capta de los alimentos o a través de la exposición solar.

En invierno son necesarios 10 minutos diarios de sol para sintetizarla. En cuanto a la vitamina C, incrementa en un 100% la absorción del calcio y es un cofactor necesario para la síntesis de colágeno, vital para las articulaciones. También es importante el equilibrio entre el calcio y otros minerales como el fósforo, el silicio o el flúor. Una dieta demasiada rica en fósforo frena la absorción de calcio.

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DIETA ACIDIFICANTE

Las dietas deficitarias en fruta y vegetales y ricas en proteína animal provocan una excreción de calcio por la orina, lo que resta masa ósea. Esto se debe a que la acidosis alimentaria producida por el abuso de proteína animal roba calcio del hueso para equilibrar el pH sanguíneo.

Uno de los primeros en observarlo fue Colin Campbell (véase su conocido libro ‘El estudio de China’, ed. Sirio). Es aconsejable seguir una dieta no acidificante con mínimo consumo de proteína animal. Las dietas que evitan la acidosis son abundantes en verduras, frutas y cereales integrales (arroz integral, avena y mijo).

Estos alimentos y otros ricos en calcio como berros, col rizada, semillas de amapola, sésamo, acelgas, espinacas, algas wakame, soja, aguacate o tofu aseguran la salud ósea. Es primordial no olvidar la variedad y la cantidad de raciones de legumbres, frutas y hortalizas.

Es aconsejable minimizar el consumo de alimentos refinados, alcohol, cafeína, azúcar y sal, así como moderar el de bebidas gaseosas.

Por lo que te invito a combatir a éste enemigo silencioso llamado Osteoporisis, cambiando e incluyendo buenos hábitos tanto alimenticios como físicos.

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